Hace un mes Wikiprogress América Latina, la OCDE Centro de México y el Seminario
Satisfacción Subjetiva con la Vida y la Sociedad (SAVISO)-UNAM-IIS,
International Dialogue on Peacebuilding and Statebuilding, Alternativas y Capacidades
A.C., organizaron una discusión en línea sobre la sociedad civil y acciones
para promover el bienestar.
Una vez más, ha sido un éxito y tuvimos contribuciones muy interesantes.
Nuestro amigo Roberto Castellanos empezó diciendo que si algo muestra la
investigación sobre bienestar subjetivo en diferentes contextos y ámbitos es la
importancia del contexto social y específicamente de las relaciones sociales
como determinante de la satisfacción con la vida. Aspectos como el tener
alguien con quien contar, el sentido de pertenencia a una comunidad, y los comportamientos
pro-sociales (como el voluntariado o el acto de donar) son centrales para el
bienestar subjetivo. Por ello, las organizaciones ciudadanas, más allá de los
programas explícitos que tengan para ampliar el bienestar de grupos de
población particulares, son agentes y espacios claves para la construcción del
bienestar.
Para Viviana Ramírez todavía existen pocas iniciativas que promuevan el
bienestar subjetivo de las personas. En cambio, es más común encontrar
organizaciones civiles que busquen ampliar las capacidades de los habitantes,
por ejemplo, dándole herramientas para ser agentes y defender sus propios
derechos. Este es el caso de una organización civil en México que trabaja en
conjunto con el programa Oportunidades con el objetivo de empoderar a sus
beneficiarias a través de talleres y actividades. En general el beneficio de
adoptar al bienestar en programas de la sociedad civil es indudable. No
obstante Viviana considera que el enfoque individualista del bienestar a pesar
de tener muchas ventajas, también tiene la desventaja de que sólo se centra en los
individuos beneficiarios y no en cómo el bienestar se construye en relación con
otros.
Miguel de la Vega dijo que una de las características de la Sociedad Civil
organizada en América Latina es una extensa diversidad y heterogeneidad de
programas y organizaciones que buscan promover el bienestar social. La región
no solo cuenta con enfoques distintos para las mismas causas, sino que también
cuenta programas con orientaciones asistenciales y otros con líneas dirigidas
al desarrollo, existe también desde las fundaciones trabajo en diversas
estrategias de filantropía, algunas OSC en colaboración con el gobierno,
programas de cooperación internacional e inclusive emprendedores sociales. Para
Miguel, cuando hablamos de aspectos sociales y de desarrollo influyen no sólo
los factores cuantitativos, sino también cualitativos, los cuales deben ser
incluidos en los métodos de evaluación. En especial cuando son abordados temas
abstractos y difíciles de medir tales como el empoderamiento, la promoción y
defensa de la democracia, la inclusión, la tolerancia, la incidencia en
políticas públicas e incluso el progreso de la sociedad civil en cada país (si
ésta es incluida en el diseño de políticas públicas, si cuenta con capacidad de
diálogo y articulación, con un marco de fomento adecuado, con subsidios
públicos transparentes y equitativos etc.). Resulta entonces un reto a la
propia sociedad civil y a sus financiadores el enfocarnos en el desarrollo y/o
adaptación de métodos de evaluación mucho más útiles y aplicables a la
realidad, que nos permitan no solo medir sino generar un aprendizaje diverso y
acorde a la amplia variedad de esfuerzos que se realizan en búsqueda del
fortalecimiento y desarrollo de la población en América Latina.
Beatriz Avellan escribió que el atributo más importante es el de la participación
ciudadana y la participación en sus propios programas y acciones para mejorar
el bienestar. Sin esto todos los programas están destinados a fracasar o ser
manipulados. Un buen programa es el que se inicia con la gente en el centro y
le pregunta lo que quieren y lo que ellos consideran es importante para su
bienestar. Un mal programa es el que asume que piensa lo que es bueno para la
mayoría. Demasiados programas que promueven el " bienestar " están
diseñados en nombre de los pobres y excluidos sin considerar si esto es lo que
es importante para los llamados beneficiarios.
Carlos Juan-Atol respondió diciendo que Beatriz tendría razón al decir que
el éxito de los programas depende del involucramiento de los beneficiarios, sin
embargo él creé que esta postura idealiza el papel de los individuos en la
mejora de su propio bienestar. Para Carlos, un enfoque más pragmático y
realista reconoce que el bienestar es un proceso de diálogo e intercambio de
poder, y que a veces la gente de fuera sí tienen cosas valiosas que ofrecer a
la gente local - una nueva manera de mejorar el rendimiento , una mejor manera
de conservar la naturaleza , las formas de educación de relacionarse con el
mundo real, de modo que las personas no sean explotadas - todos estos son un producto
de intercambio entre la gente de fuera y la gente local.
Pablo G. finalizó la discusión defendiendo que el motor más importante para
un programa de bienestar exitoso son los recursos financieros. Los ingresos más
altos pueden significar una mejor atención de la salud, mejor comida y mejores
estilos de vida en lugar de vivir con enfermedades y hambre. Mientras más
recursos inyecten las organizaciones de la sociedad civil entonces podrán
proveer capital a las comunidades excluidas para invertir en su desarrollo y en
iniciativas que promueven el bienestar. Las organizaciones de la sociedad civil
sin recursos financieros no pueden hacer mucho para ayudar a las personas a
mejorar su bienestar - especialmente en las zonas marginadas. El desafío es qué
cantidad de estos recursos se destinan a los sueldos de los empleados de las
OSC y cuánto en realidad llega a los destinatarios.
Saludos del Equipo Wikiprogress América Latina
Pedro Sousa