jueves, 26 de junio de 2014

Los invitamos a leer el artículo 

Happy Country, Happy Government: 

How Useful are International Happiness Rankings?


"Medir al progreso de las naciones utilizando una perspectiva de bienestar se está volviendo en una práctica común al rededor del mundo. Ciertamente el bienestar ofrece ventajas significativas pues permite conocer directamente qué es lo que realmente es importante para la gente, además que ofrece una visión holística y potencialmente imparcial sobre lo que es el desarrollo. No obstante, la contribución del bienestar continúa siendo limitado. Las autoras de este trabajo ofrecen una mirada crítica sobre el uso de un enfoque de bienestar para comparar países. Enfatizan las limitaciones actuales en cuanto a la disponibilidad de datos que nos permita entender realmente a esta experiencia (bienestar), así como algunas implicaciones de los usos que se le pueden dar. Este trabajo explora particularmente los problemas de ver al bienestar sólo como felicidad y las implicaciones prácticas de utilizar estos datos para representar jerárquicamente al progreso de los países a través de rankings internacionales de felicidad."

Viviana Ramirez
PhD Candidate
Social and Policy Sciences

University of Bath, UK

jueves, 19 de junio de 2014

Ha terminado la discusión en línea "El Papel de la Ciencia y la Tecnología para el Bienestar de las Personas"

Gracias a todos por su participación y las valiosas contribuciones. 

Los invitamos a ver el calendario 2014 para seguir las futuras discusiones en línea.



miércoles, 11 de junio de 2014

Llevamos 8 días de la discusión en línea y se han compartido una gran variedad de ideas. PARTICIPA http://bit.ly/CyT-B
A continuación algunas de las frases que han marcado el hilo de la conversación

Retos de la Ciencia y la Tecnología
o Democratizarla y dejar de ser útil solo a las poblaciones con mayores ingresos. Hacerlo más tangible a la sociedad para que no parezcan conceptos muy específicos o de "nicho". 
o Además, el acceso a tecnología y a Internet, debe venir acompañado de un modelo de intervención social y educativo para que esta información genere conocimiento situado y útil en las comunidades. 
o Innovación orientada a personas en situación de discapacidad y población infantil.

Nos han compartido el trabajo de la Fundación Proacceso (México), el programa Tikichuela (Paraguay), Instituto Yoko (Peru) y políticas públicas de Argentina donde se ha utilizado la ciencia y tecnología para incrementar el bienestar de la población más humilde

Beneficios de la innovacion: mejores servicios, por ejemplo salud, salarios más altos, precios más accesibles.

Ni Ciencia ni Tecnología aportan al bienestar humano por sí solas. Son los seres humanos quienes al hacer ciencia o crear tecnología crean su bienestar o deterioran su calidad de vida.

Con el pretexto de avanzar en las nuevas ciencias, en los desarrollos innovadores no se puede de ninguna manera destruir y barrer con la cultura existente

martes, 3 de junio de 2014

Blogpost para la discusión en línea EL PAPEL DE LA CIENCIA Y TECNOLOGIA PARA EL BIENESTAR

Desde la rueda y el arado, pasando por la observación del cosmos y la comprensión de la evolución de las especies, la humanidad ha hecho de la tecnología y la construcción de conocimiento científico la base del progreso social y del bienestar individual y colectivo. Aún a pesar de los perjuicios que han traído consigo los usos y abusos de la ciencia y la tecnología (destacadamente en los conflictos bélicos y en los efectos de la tecnología en el medio ambiente), sería imposible explicar el bienestar de las personas y el progreso de las sociedades en la actualidad sin el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico acumulado durante siglos.

Quizá por esa doble faceta, al tiempo benéfica y amenazante, de la ciencia y la tecnología (que por cierto dice más de la humanidad que de los avances científicos y tecnológicos en sí mismos) en regiones como América Latina no es del todo claro cuál es el bienestar que reportan dichos avances. Basta mirar algunas cifras para conocer la magnitud de esta percepción. Según la Encuesta Mundial de Valores, sólo 14% de la población en Uruguay y 30% de la población mexicana (cercana a la proporción de los chilenos, con 29%) están completamente de acuerdo en que la ciencia y la tecnología harán que nuestras vidas sean más saludables, fáciles y cómodas. Los porcentajes de la población que tienen la misma percepción en Brasil, Chile, Colombia o Perú oscilan entre 17% y 29%. A pesar las vacunas, los transportes y la electricidad, por mencionar algunos ejemplos, sólo una de cada tres personas, o menos, en los países latinoamericanos mencionados, cree, sin lugar a duda, que la ciencia y la tecnología contribuyen a la calidad de vida y el bienestar.

A la luz de nuestra convivencia cotidiana, a veces al extremo de hacernos dependientes, con la tecnología y el conocimiento científico que la soporta, parece contradictorio que entre 17% y 19% de la población en Argentina, México y Perú consideren que el mundo está mucho peor debido a la ciencia y la tecnología—los porcentajes en países como Brasil, Chile y Colombia y Uruguay se ubican en alrededor de 10%. En el otro extremo, aquellos que piensan que la ciencia y la tecnología ha hecho del mundo un mejor lugar, no representa más de 20% en algunos países de América Latina, como México o Brasil, e incluso se ubica en niveles de apenas 6% en naciones como Uruguay—en Perú, Colombia, Chile y Argentina, sólo 9%-15% de la población cree que el mundo es mejor gracias a la ciencia y la tecnología.

En una población como la latinoamericana, donde la religión es un tamiz para comprender el mundo (aunque cada vez menos), quizá no extrañe que entre 42% y 48% de la población de algunos países, como México, Chile y Colombia, crean que dependemos demasiado de la ciencia y no lo suficiente en la fe. Con excepción de Brasil, donde 9% comparte esta opinión, la percepción no es demasiado distante de esa valoración en países como Perú y Uruguay (ambos con 27% de la población que considera que dependemos mucho de la ciencia y poco en la fe).

Extraigo al menos dos reflexiones a partir de estas cifras, con el fin de dar un contexto y contribuir al debate sobre el papel de la ciencia y la tecnología para el bienestar, tema del debate virtual abierto por Wikiprogress América Latina. En primer lugar, para que redunde en el mayor bienestar para el mayor número de personas posibles (como lo hubiera querido Jeremy Bentham) el desarrollo y uso del conocimiento científico y tecnológico debe hacer explícito sus fines respecto del impacto esperado, tanto positivo como perjudicial, en el progreso y bienestar de las personas y las sociedades. No se trata de apoyar o reconocer sólo a aquellas investigaciones y desarrollos que busquen el bienestar social, en perjuicio de investigaciones con escaso beneficio aparente o de alto riesgo pero de similar beneficio potencial. Más bien se trata de que en cada desarrollo científico y tecnológico que se emprenda se tenga claro, y se haga público, el beneficio que su éxito puede tener y los daños que puede provocar, en individuos, grupos y sociedades. Quizá esta no sea una forma de vacunar a la ciencia y la tecnología de sus usos potencialmente perjudiciales, pero puede contribuir a anticipar algunos de sus efectos dañinos y a orientar su desarrollo hacia el bienestar de la población.

En segundo lugar, el trabajo sobre divulgación de la ciencia y la tecnología parece fundamental. Es clave ayudar a comprender a la población la importancia de la ciencia y la tecnología en sus vidas, más allá de los teléfonos inteligentes, las apps o las tabletas de última generación. La divulgación de la ciencia y la tecnología tiene un papel clave para contribuir a que las personas piensen y se comporten de forma lógica y ordenada, a partir de sucesos observables y con pensamiento crítico, lo que reduce las posibilidades de estar menos sujetas a ser víctimas del pensamiento mágico o de argumentaciones sin fundamentación.

Por último, dado el proceso colectivo que supone el desarrollo de la ciencia y tecnología y sus efectos en la sociedad, a través de generaciones, convendría deliberar, de nueva cuenta, en qué contextos y circunstancias la ciencia y la tecnología debe considerarse un bien público de facto, y por tanto hacer que sus efectos benéficos sean lo más accesible posible a la población.

Las cifras estadísticas provienen de la Encuesta Mundial de Valores, 5ª ola (2005-2009): www.worldvaluessurvey.org/WVSOnline.jsp


Roberto Castellanos Cereceda.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Secretario Técnico del Seminario Satisfacción Subjetiva con la Vida y la Sociedad. Email: robertocastell@gmail.com / rcastellanos@comunidad.unam.mx