Esta contribución del Dr. Emilio Moyano-Díaz forma parte de la discusión en línea de Wikiprogress América Latina (http://bit.ly/18oXTu4) "Políticas Públicas para el Buen Vivir y el Bienestar"
Políticas Públicas para El Buen Vivir y el Bienestar.
¿Existe la necesidad en América Latina de evaluar el desempeño social con indicadores que van más allá del Producto Interno Bruto y su tasa de crecimiento?
Sí. La necesidad existe. Sin embargo, hay amplios sectores ciudadanos que educar respecto de ello, ya que desde antiguo ha sido instalada en la representación social acerca del desarrollo de las naciones la idea que es el crecimiento económico e indicadores tales que el PIB lo que marcaría ‘evidencia‘ de cuál es el estado del desarrollo. Más aún, parece considerarse que se trata de una dimensión e indicador únicos o inevitables. Quienes están en las ciencias sociales distintas a la economía trabajando en temas de marginalidad, exclusión, desigualdad, pobreza, minorías, pueblos originarios, género, empoderamiento, emprendimiento, menores en conflicto con la justicia, criminalidad, ó en salud pública -depresión, accidentalidad, enfermedades cardiovasculares- etcétera conocen la importancia que indicadores propios de estos temas sean –de algún modo- incorporados al análisis del desarrollo o progreso social de la sociedad.
Si es así, ¿Qué otros indicadores deberíamos tomar en cuenta para evaluar el progreso social y el bienestar de los habitantes?
Indicadores adicionales de tomar en cuenta podrían ser clasificados en dos tipos, aquellos indicadores que dan cuenta de lo ‘indeseable’ o de lo que habría que eliminar o intentar eliminar de la sociedad, y aquellos que dan cuenta de lo deseable, de lo aspiracional. Entre los primeros y a modo de ejemplo se puede identificar, i) tasa de suicidio, ii) tasa de depresión, iii) tasa de mortalidad de tránsito, tasa de mortalidad por enfermedad cardiovascular. Entre los del segundo tipo se podría incluir: a) nivel de satisfacción por ámbitos –trabajo, familia, amigos, ocio-, bienestar psicológico, felicidad.
¿Qué consecuencias tiene esto para las políticas públicas, programas sociales, y estrategias de desarrollo que se llevan a cabo en América Latina? En primer lugar se requeriría incorporar entre los elaboradores de política a especialistas en los temas a los que refieren los dos tipos de indicadores, es decir, la constitución de equipos multidisciplinarios de científicos sociales con dinámica de trabajo horizontal.
La incorporación de distintos especialistas en ciencias sociales –psicólogos, asistentes sociales, sociólogos, antropólogos y similares, además de economistas- permite ampliar la perspectiva hacia la identificación de temas de desarrollo social propios de la época y el subsecuente encuentro o construcción de otros indicadores. Tal vez pueda así reunirse evidencia suficiente como para dirigirse a la construcción de políticas públicas que estén enfocadas al desarrollo de las potencialidades o virtudes psicológicas de las personas a las cuales las políticas estarán dirigidas.
En segundo lugar, la incorporación de nuevos temas permitirá redefinir objetivos de política y así, la generación de programas que respondan a las nuevas realidades de la sociedad contemporánea y la diversidad.
¿Qué consecuencias tiene esto para las políticas públicas, programas sociales, y estrategias de desarrollo que se llevan a cabo en América Latina?
Ignoro si en América latina hay ejemplos de política pública que consideren el bienestar y felicidad de los habitantes. Se asume que toda política va dirigida al bienestar de las personas pero parece haber abundantes resultados paradójicos que des-confirman este propósito y que ponen en evidencia resultados de profundo malestar, insatisfacción e infelicidad.
En Chile dos casos relativamente recientes han sido el de la política educacional que después de su imposición por parte de la dictadura militar y ‘optimización’ de parte de sucesivos gobiernos democráticos democratacristianos o social demócratas post-dictadura ha estallado -en 2011- en manifestaciones callejeras estudiantiles inicialmente y con apoyo ciudadano después. En otro ámbito, el del transporte público, la elaboración de un programa de transporte ´moderno´ para la ciudad de Santiago, denominado ‘Transantiago’ y su implementación en 2006 provocó consecuencias (‘externalidades’) dramáticas en pérdida de trabajos, porque las personas no podían llegar a la hora requerida a sus trabajos, reorganización familiar para posibilitar que las mujeres, especialmente las más jóvenes, pudieran ser acompañadas para acceder -o regresar- desde lejanos paraderos de buses a sus casas, con menos vulnerabilidad a asaltos o ataques delictivo. También se ha observado –hasta hoy- evasión de pago del pasaje, y acciones de mayor violencia como golpizas a choferes de los buses, incendio de buses, etcétera, todo lo cual son indicadores ‘naturales’ de profundo malestar, insatisfacción e infelicidad.
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Aquí está el vínculo: http://bit.ly/18oXTu4 y los hashtags utilizados en Twitter son #Bienestar #PoliticasPublicas.
Dr. Emilio Moyano-Díaz
Inv. Responsable Programa de Investigación
Calidad de Vida y Ambientes Saludables
Facultad de Psicología
Universidad de Talca
Calidad de Vida y Ambientes Saludables
Facultad de Psicología
Universidad de Talca
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