viernes, 16 de septiembre de 2011

Medición y diferencias en sistemas de bienestar y progreso en América Latina

Jorge Yamamoto

Coordinador del grupo de investigación en bienestar, cultura y desarrollo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Visiting Research Fellow, University of Bath. Correo electrónico: jyamamo@pucp.pe

Resumen

Nuestro equipo de investigación encuentra que el contexto resulta fundamental para evaluar el bienestar. No se trata, por ejemplo, de contar con un bien o un estado subjetivo, se trata de comparar estos con un estado previo, en la perspectiva de vida del individuo. Además del contexto, la sociedad y la cultura, en regiones con grandes contrastes como América Latina, subsume modelos de bienestar cualitativamente diferentes que no pueden ser evaluados con diferencias cuantitativas de unos mismos indicadores. Se propone un sistema de medición en donde se identifiquen variables universales que estructuran el bienestar. Estas variables se concretan en modelos diferentes pero de número limitado. Esto permitiría un sistema modular de evaluación del progreso y el bienestar universal, que a la vez sea fiel a las complejas y marcadas diferencias de milenios de evolución de los individuos y grupos más fuertes y más felices. Se discuten algunas barreras disciplinares y de procedimiento para el desarrollo de estos sistemas de medición.

Las medidas de bienestar como el Índice del Planeta Feliz [1-2], la Escala de Satisfacción con la Vida [3-4] o la escala global de felicidad constituyen índices sencillos y prácticos. Sin embargo, se discute la validez de estas frente a la complejidad del objeto de medición. Nuestro equipo de investigación ha encontrado el contexto es fundamental para comprender la felicidad y el desarrollo [5]. Adicionalmente, encontramos que las diferencias geográficas, culturales y sociales pueden llevar a modelos cualitativamente diferentes de bienestar, que van más allá de las diferencias cuantitativas de indicadores comunes. Estas diferencias en contexto y en modelos de bienestar serán ilustrados en estudios en América Latina. Se propone una metodología para incorporar estos criterios y se discuten algunas barreras para su desarrollo.

Bienestar y desarrollo en su contexto: el caso de las madres adolescentes en extrema pobreza

La maternidad adolescente, especialmente en condición de extrema pobreza, es considerada axiomáticamente como una atentado al bienestar [por ejemplo, ver referencia 6]. En un estudio cualitativo y cuantitativo [7], encontramos que una proporción importante de madres adolescentes en extrema pobreza decidió buscar el bebé, dejaron de usar anticonceptivos y luego de tener el bebé se consideraban más felices. Estas parejas pueden caracterizarse por provenir de hogares en pobreza material, con madres ausentes o maltrato. Forman una nueva familia, en la misma pobreza material pero con riqueza afectiva y de soporte. En este contexto, muy diferente a la típica condición urbana global, entendemos cómo la maternidad adolescente en extrema pobreza puede no ser un problema sino una solución. En general, nuestro equipo de investigación encuentra que el bienestar no se asocia a una condición objetiva de logro, como el ahorro o el empleo estable sino a una mejora sobre la base de lo que la persona tiene y carece. Esto ilustra la importancia de considerar el contexto en la medición del bienestar. También sugiere que muchos de los axiomas sobre el bienestar y el malestar provienen de generalizaciones de los estándares de vida de clase media de los académicos y políticos del desarrollo. Esto resulta más problemático y notorio en una realidad de grandes contrastes sociales como América Latina.

Realidades cualitativamente diferentes en América Latina

El grupo de élite de la Fuerza Aérea de un país amazónico es evaluado en su capacidad de supervivencia a condiciones extremas en una prueba que los abandona en la selva remota. En los últimos años, unos niños de una comunidad nativa conocen la época del año de esta prueba, se desplazan a la zona y ofrecen sus servicios de construir refugios y conseguirle comida, criterios de evaluación de la prueba. Lo hacen por una propina. Esto ilustra que no se pueden utilizar los mismos indicadores en condiciones culturales diferentes, lo que para un urbano es una prueba de supervivencia extrema, para un amazónico es un juego de niños. Más aún, nuestro equipo de investigación ha encontrado que la vida rural andina y amazónica se basa en un modelo de sociedad cualitativamente diferente a la urbana.

Por un lado, encontramos que hay necesidades comunes entre pequeñas sociedades tradicionales y ciudades urbanas como formar una familia, sin embargo, los indicadores pueden ser diferentes. En las pequeñas comunidades tradicionales (PCT), los indicadores de satisfacción con la familia son la pareja y los hijos. Dada la homogeneidad cultural y la limitada opción de parejas potenciales, la posibilidad de incompatibilidad de caracteres y de encontrar una mejor pareja, respectivamente, son muy limitadas, llevando a una tendencia de alta satisfacción con la pareja y la expectativa de conseguirla. De hecho, hemos encontrado en ámbitos rurales andinos cifras marginales de divorcio y cifras altas de satisfacción de pareja [5]. En una ciudad multicultural (CM), los indicadores de satisfacción con la familia son los hijos y la vivienda, ya no la pareja. Demográficamente, los índices de divorcio, separación y abandono son altos. Probablemente, se va dejando de lado el ideal de la pareja para centrarse en el ideal de los hijos [8].

No solamente los indicadores cambian sino que aparecen y desaparecen nuevas dimensiones de necesidades. En un estudio émico de necesidades en una muestra representativa de Lima Metropolitana (N = 502, nivel de confianza 95%, error ±4.37%), encontramos que aparece la necesidad de sentirse bien y la necesidad de estatus en el modelo que explica las necesidades [chi² (14, N = 502) = 20.255, p = .122, CFI = .992, RMSEA = .023] [8], dimensiones que no se encuentran en el modelo de necesidades de pequeñas y medianas comunidades tradicionales [9]. El estatus implica, según nuestro estudio: buena ropa, auto, viajes y lugares de distracción, elementos que no están al alcance de todos. En contraste, el estatus en las PCT se alcanza siendo comunero, es decir, formar parte de la comunidad y tener un comportamiento ético y social correcto. Más aún, personas con dinero no compran “mejor ropa” para no hacer sentir mal a aquellos que no pueden hacerlo. La necesidad de sentirse bien tiene como indicadores la autoestima, dar y recibir amor, entre las más importantes. La presencia de la autoestima como primer indicador de Sentirse Bien es coherente con la evidencia de una asociación entre la autoestima y el bienestar [10-11]. La autoestima es una función de la aprobación social del entorno significativo de la persona [12-13], en las pequeñas comunidades la autoestima no sería un problema dado que se aceptan a las personas como son, siempre que cumplan con ciertas normas morales básicas [9, 14]. Se convertiría en un problema en el ámbito urbano, en donde se requiere una serie de logros educativos, profesionales y sociales para ser aceptado. Dar y recibir amor es el segundo indicador de Sentirse Bien. La literatura internacional reporta sistemáticamente una relación positiva entre el soporte social (una red de ayuda en caso de necesidad) y el bienestar [15-21]. Sin embargo, en América Latina parece que una relación pragmática de apoyo no es suficiente, se requiere una relación incondicional o aparentemente incondicional (amor) para sentirse bien. Se trata de la relación en sí y la consecuencia sería el soporte. Las relaciones instrumentales de soporte son por el contrario mal vistas “amor al chicharrón y no al cerdo”.

En suma, considerando que tiene poco sentido evaluar el bienestar fuera del contexto, que en diferentes sociedades los indicadores de necesidades son distintos y que las dimensiones de necesidades difieren entre grupos, las medidas generales como un producto bruto de felicidad e incluso la medición con dimensiones generales aplicables a todas las sociedades (como educación, acceso a salud, expectativa de vida por satisfacción subjetiva) resultarían inadecuadas. Un posible camino para una adecuada medición parte de identificar los diferentes sistemas de sociedad que conforman una región como América Latina. Comprenderlos en su propio contexto e identificar un conjunto modular de indicadores, algunos universales y algunos válidos en determinados grupos. Asimismo, sugiere la introducción de estudios longitudinales para evaluar el factor circunstancial. Es probable que estas ideas no sean muy aceptadas porque van en contra de ciertas tendencias actuales. Justamente, estas tendencias actuales pueden constituir una barrera para la adecuada medición del bienestar y el progreso de las sociedades

El cambio: menos economía, más felicidad y menos ritos de política internacional

La economía probablemente es la disciplina más influyente en la política y le debemos la introducción del bienestar en la agenda internacional. Sin embargo, también puede constituir una barrera para su implementación. La economía se ha desarrollado bajo la epistemología y metodología para los procesos objetivos y directamente mesurables. Paralelamente, la neurociencia, la psicología social y la genética molecular conductual han venido decodificando los procesos subjetivos. Esto puede conllevar a que la economía no pueda comprender con rapidez y precisión los procesos subjetivos y paradójicos del bienestar humano. Cuestionará principios ampliamente investigados y aceptados, podrán hacer preguntas cuyas respuestas se han encontrado décadas atrás. De hecho, he escuchado estos cuestionamientos en economistas de reconocimiento internacional. La economía de la felicidad puede terminar siendo más economía y menos felicidad.

Esta situación puede empeorar cuando se pretende resolver el problema de la medición del bienestar y el progreso de las sociedades a través de un método democrático consensuado, en grandes reuniones de investigadores, representantes de los gobiernos y organizaciones internacionales. Cuando Steve Jobs se propuso revolucionar la industria del entretenimiento con lo que terminaría siendo el Ipod, sabía que en la estructura organizacional de Apple, las ideas revolucionarias se diluirían en los diferentes equipos de discusión. Para lograr consenso, las ideas radicales serían promediadas con tendencias conservadores y el producto no alcanzaría su carácter innovador. Steve Jobs seleccionó a un pequeño equipo experto en las tecnologías fundamentales requeridas y les brindó los recursos y capacidad de decisión necesarios.

Estamos en una coyuntura propicia para lograr el cambio, sin embargo, hay grandes barreras disciplinares y metodológicas que requieren de un manejo estratégico. América Latina, por su propia naturaleza, de grandes diferencias geográficas, sociales y de sistemas de bienestar puede brindar un aporte fundamental en este proceso. Más aún, con la autoridad de ser la región más feliz del planeta.

Referencias

1. Marks, N., et al., The Unhappy Planet Index. 2006, New Economics Foundation.

2. Abdallah, S., et al., The (un)happy planet index 2.0. 2009, New Economics Foundation.

3. Diener, E., et al., The Satisfaction With Life Scale. Journal of Personality Assessment, 1985. 49(1): p. 71-75.

4. Pavot, W. and E. Diener, Review of the Satisfaction With Life Scale. Psychological Assessment, 1993. 5(2): p. 164-172.

5. Yamamoto, J., A.R. Feijoo, and A. Lazarte, Subjective Wellbeing: An Alternative Approach., in Wellbeing and Development in Peru. Local and Universal Views Confronted., J. Copestake, Editor. 2008, Palgrave McMillian: New York. p. 61-101.

6. Celsius. Teenage mothers. [website] 2011 [cited 2011 22/08/2011]; Available from: http://www.celsius.lshtm.ac.uk/download/wt080000.html.

7. Yamamoto, J., P. Alarcón, and R. Zamata, Conducta sexual y bienestar antes, durante y después del embarazo adolescente en extrema pobreza. en elaboración.

8. Yamamoto, J., Satisfacción subjetiva de vida en Lima Metropolitana. Las adaptaciones del campo a la ciudad. en elaboración.

9. Yamamoto, J. and A.R. Feijoo, Componentes émicos del bienestar. Hacia un modelo alternativo de desarrollo. Revista de Psicología, 2007. 25(2): p. 197-231.

10. Leary, M.R., Motivational and Emotional Aspects of the Self. Annual Review of Psychology, 2007. 58(1): p. 317-344.

11. Karakitapoglu-Aygün, Z., Self, Identity, and Emotional Weil-Being Among Turkish University Students. Journal of Psychology, 2004. 138(5): p. 457-478.

12. Baumeister, R.F., The Self, in Handbook of Social Pychology, S.T. Fiske, D.T. Gilbert, and E. Aronson, Editors. 1998, Mc Graw Hill: New York.

13. Baumeister, R.F. and M.R. Leary, The Need to Belong: Desire for Interpersonal Attachments as a Fundamental Human Motivation. Psychological Bulletin, 1995. 117(3): p. 497-529.

14. Yamamoto, J., Un regard alternatif sur la subjectivité : le bien être des communautés andines. Connexions, 2008(89): p. 147-170.

15. Ginzburg, K., et al., Breast Cancer and Psychosocial Factors: Early Stressful Life Events, Social Support, and Well-Being. Psychosomatics, 2008. 49(5): p. 407.

16. Gee, C.B. and J.E. Rhodes, A social support and social strain measure for minority adolescent mothers: a confirmatory factor analytic study. Child: Care, Health & Development, 2008. 34(1): p. 87-97.

17. Nezlek, J.B. and M.R. Allen, Social support as a moderator of day-to-day relationships between daily negative events and daily psychological well-being. European Journal of Personality, 2006. 20(1): p. 53-68.

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19. Henly, J.R., S.K. Danziger, and S. Offer, The Contribution of Social Support to the Material Well-Being of Low-Income Families. Journal of Marriage and Family, 2005. 67(1): p. 122-140.

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21. Gencoz, T. and Y. Ozlale, Direct and indirect effects of social support on psychological well-being. Social Behavior & Personality: An International Journal, 2004. 32(5): p. 449-458.

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